A pesar de todo...
Una de las experiencias más
enriquecedoras de mi vida fue vivir a la ahora Ciudad de México.
Como todos saben, la vida en provincia
te ofrece mucha tranquilidad, la cual es directamente proporcional con el grado
de aburrimiento, sobre todo cuando eres adolescente y el municipio en donde vives está ubicado
en el Estado más pequeño del país.
Con este antecedente y soportando
durante doce largos años la permanencia en una misma escuela (desde primero de
primaria a tercero de prepa) ya podrán imaginarse las ganas que tenía por abrir
las alas y saber hasta dónde era capaz de llegar.
Decidida a lanzarme a mi suerte,
hice examen para la UNAM, pasé y así comenzó la travesía de cinco años en la
Ciudad de México, lo que yo llamo la mejor época de mi vida.
Y es que, contrario a lo que
muchos se imaginan, yo no llegué a querer comerme el mundo, sino más bien me
sentía incapaz de entender esa otredad del capitalino, el cómo tanta gente podía
pasar junto a ti con la mayor de las indiferencias, literalmente valiéndole
gorro tus problemas personales y de cualquier índole.
Obviamente vivir sola es complejo
y las relaciones personales nunca han sido mi fuerte, así que me vi orillada a
buscar en la biblioteca de la familia aquél libro de mi hermano tanto me decía
que leyera y que él conoció cuando estudiaba también en la UNAM, unos cuantos
años antes que yo.
Ese libro, pequeñito, ligero y
con la portada de una mujer desnuda, de espaldas, lanzándose al río al lado de un montón de piedras, vaya que marcó mi vida estudiantil – universitaria!!!.
“A pesar de todo…”, es una obra de Juan Sánchez
Andraka (otro de mis autores favoritos), que trata de la vida de Oscar, un
joven provinciano que llega a la capital con el mismo objetivo del que la
mayoría de los estudiantes provincianos tenemos al llegar a la ciudad de México:
enorgullecer a la familia (que obviamente va presumiendo que estás estudiando
en la capital).
Oscar, por su parte, resultó ser
un personaje sumamente dinámico, divertido y en algunas ocasiones grotesco, sin
mermar la ansiedad por conocer su día a día. La maravilla de este libro es su
prosa tan cotidiana como real, que te atrapa desde la primera página. Te
presenta el Oscar niño, el Oscar joven y el Oscar adulto, los sueños frustrados
y las casualidades que a veces marcan nuestra vida. En fin, su descripción
es tan humana que podría topármelo a la vuelta de la esquina!
Es un libro que recomiendo ampliamente a todos mis amigos, capitalinos o no, que seguro encontrarán en alguna de las
librerías de Donceles a un precio que estoy segura no impactará a sus
bolsillos.
Por hoy, culmino así esta entrada
del blog, porque ya me regañaron que puro spoiler con mis resúmenes de los
libros. Pero si se animan a conocer las aventuras de los estudiantes provincianos
recién llegados a la ciudad, sumérjanse a leer a Andraka.
Les garantizo un rato
muy agradable, y sino, yo invito los mezcales!
Nora H.
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