Mi primera vez en las luchas
Tengo que ser sincera, nunca en la vida me imaginé yendo a las luchas. Me imaginaba un ambiente súper rudo, mala onda y tétrico.
Hace como un mes me invitaron a una cita en las luchas, tengo que aceptar que iba un poco asustada por lo que había dentro de esas cortinas rojas, además del nervio de la primer cita.
Así que abrimos esas cortinas rojas y ¡Oh sorpresa! no existía ni un rastro de ambiente mala onda ni rudeza excesiva. Tengo que confesar que desde el primer momento que entramos a la arena me reí muchísimo, soy súper fan del ingenio mexicano. Además de que las luchas en sí te cautivan desde el primer momento, aunque como en mi caso no entiendas nada de rudos y técnicos. Por suerte iba con un experto en el tema , así que logré entenderlo rapidito y elegí un bando: los técnicos.
Aprendí que los técnicos son los buena onda y ñoños de la lucha libre, pues cumplen todas las reglas a la perfección y que los rudos son los rompe reglas pero siempre ganan porque los dejan hacer lo que quieren.
El mejor momento fue escuchar a un niño como de 7-8 años gritándole a su súper ídolo ¡MIIIIISTICO! seguido de un: "¡ahí va el agua de riñón!"… creanme estoy segura que ni él sabía lo que significaba.
Está increíble ver a tantas personas de todas las edades, nacionalidades, literal hay de todo tipo de gente gritando y apasionándose con este deporte.
La verdad acepto que me quedé con las ganas de gritar una que otra palabrota, pero me dio un poco de pena, ¿cómo iba a ser que me saliera el código postal en la primer cita? jajaja
Ya al final y para cerrar con broche de oro la noche, hasta en el baño de mujeres afloró el humor. La verdad es que no voy a repetir ese chistorete porque soy una damita.
Confieso que esa ha sido por mucho la primer cita que he tenido: risas, gritos, fregadazos y cerveza.
Los leo prontico.
Gio
Hace como un mes me invitaron a una cita en las luchas, tengo que aceptar que iba un poco asustada por lo que había dentro de esas cortinas rojas, además del nervio de la primer cita.
Así que abrimos esas cortinas rojas y ¡Oh sorpresa! no existía ni un rastro de ambiente mala onda ni rudeza excesiva. Tengo que confesar que desde el primer momento que entramos a la arena me reí muchísimo, soy súper fan del ingenio mexicano. Además de que las luchas en sí te cautivan desde el primer momento, aunque como en mi caso no entiendas nada de rudos y técnicos. Por suerte iba con un experto en el tema , así que logré entenderlo rapidito y elegí un bando: los técnicos.
Aprendí que los técnicos son los buena onda y ñoños de la lucha libre, pues cumplen todas las reglas a la perfección y que los rudos son los rompe reglas pero siempre ganan porque los dejan hacer lo que quieren.
El mejor momento fue escuchar a un niño como de 7-8 años gritándole a su súper ídolo ¡MIIIIISTICO! seguido de un: "¡ahí va el agua de riñón!"… creanme estoy segura que ni él sabía lo que significaba.
Está increíble ver a tantas personas de todas las edades, nacionalidades, literal hay de todo tipo de gente gritando y apasionándose con este deporte.
La verdad acepto que me quedé con las ganas de gritar una que otra palabrota, pero me dio un poco de pena, ¿cómo iba a ser que me saliera el código postal en la primer cita? jajaja
Ya al final y para cerrar con broche de oro la noche, hasta en el baño de mujeres afloró el humor. La verdad es que no voy a repetir ese chistorete porque soy una damita.
Confieso que esa ha sido por mucho la primer cita que he tenido: risas, gritos, fregadazos y cerveza.
Los leo prontico.
Gio
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