Me siento como zombie...
Me siento como zombie, muero de sueño, y aunque la noche de anoche ya dormí mejor, aún no me la creo. El clima no ayuda, nublado, triste, con viento, granizo en ocasiones.
Yo me encontraba dando clases en la Universidad. Cuando llegué al salón les pregunté a los alumnos cómo les había ido en el simulacro, sin saber lo que pasaría 1 hora y 14 minutos más tarde. Tuvimos un debate de casi una hora sobre el caso de Mara, la chica asesinada en Puebla. A pesar del tema, me impresionó cómo jóvenes de 18 años, defendían sus ideas respecto a lo sucedo, tanto que como menciono, se llevó casi una hora de la clase de Expresión Oral, por lo que me encantó escucharlos.
Para relajar las tensiones surgidas por el debate, les puse un video de "Los cuentos de la calle Broca", una serie de cuentitos animados muy divertidos. Los 8 alumnos que tengo a mi cargo reían, prestaban atención, y a punto de terminar el video sentimos una vibración... En 1 segundo pensamos que era un camión, pero cuando volteo a verlos, ellos brincaban junto con su asiento... El ruido era un "troc troc troc" como si se tratara de una máquina. Alcancé a decir "¡vámonos!", y mi celular en el escritorio fue lo último que tomé.
Salimos y una compañera salió disparada, angustiada, apresuramos el paso, bajamos, las canastas de básquetbol se movían de una forma espantosa, pero me contuve, me sorprendí, traté de estar entera, estaba en shock. A todos nos temblaban las manos, no había datos en el celular. Alumnas comenzaron a llorar.
Con el poco internet que había, alcancé a ver reportes de la magnitud del sismo. Eran menores al terremoto de días antes, por lo que pensé que no había pasado nada en la ciudad, cuando de repente llegaban los tuits y los alumnos decían "se cayó un edificio en Taxqueña", "algo le pasó a la iglesia de Coyoacán"...
Me fui a mi casa y encontré un centro comercial evacuado, a madres desesperadas con teléfono en mano manejando rumbo a las escuelas. Traté de dejarlas pasar a todas. El tráfico era inmenso. Las noticias desalentadoras. "Niños bajo los escombros" dijo la locutora y se me salió una lágrima. No tenía contacto con mi abuela, quien vive en el centro. Sabía que mis papás y sobrina estaban bien, algo que me tranquilizó.
Llegué a casa, las vecinas con las que casi no tengo trato, nos saludamos, nos preguntamos cómo estábamos. Vi el televisor y me di cuenta de la tragedia.
3 días después tengo mucho sueño, mucho, mis músculos están tensos, tengo dolor de cabeza. Me fui 2 días a un centro de acopio para sentirme útil. Utilicé mi herramienta de trabajo: mi computadora, para compartir centros de acopio de mis amigas. Tuve la oportunidad de publicar un tuit justo cuando uno de los rescatistas mencionaron en televisión los materiales que necesitaban. Tuve muchos retweets que espero hayan llegado a las personas indicadas, o por lo menos, haber ayudado en algo. Pamboleras ayudó a localizar a una señora, mamá de una seguidora, quien se encontraba en el hospital.
Y me emociona ver a los mexicanos y mexicanas unidos, ¿ya ven? Sí se puede, si nos podemos unir y hacer grandes cosas. Gracias Frida, Evil, Titán y demás perros rescatistas. Gracias gente que apoyó. Estoy orgullosa de ser mexicana. Gracias Marina, Topos, Ejército. Hago énfasis en SEDENA, como hija de un militar sé perfectamente lo que es que tu padre arriesgue la vida para ayudar a los demás. La preocupación de la familia, las noches donde decía "Diosito, cuida a mi papito", por ello es que les agradezco que siempre están para su patria.
Esta experiencia, la sensación del terremoto, la solidaridad de mi gente, el que esta tragedia sacó lo mejor de mi país, nunca se me va a olvidar. Quiero dormir todo un día para después reponerme y seguir luchando por mi país.
Gracias por leerme.
Rocío Yelitza
Yo me encontraba dando clases en la Universidad. Cuando llegué al salón les pregunté a los alumnos cómo les había ido en el simulacro, sin saber lo que pasaría 1 hora y 14 minutos más tarde. Tuvimos un debate de casi una hora sobre el caso de Mara, la chica asesinada en Puebla. A pesar del tema, me impresionó cómo jóvenes de 18 años, defendían sus ideas respecto a lo sucedo, tanto que como menciono, se llevó casi una hora de la clase de Expresión Oral, por lo que me encantó escucharlos.
Para relajar las tensiones surgidas por el debate, les puse un video de "Los cuentos de la calle Broca", una serie de cuentitos animados muy divertidos. Los 8 alumnos que tengo a mi cargo reían, prestaban atención, y a punto de terminar el video sentimos una vibración... En 1 segundo pensamos que era un camión, pero cuando volteo a verlos, ellos brincaban junto con su asiento... El ruido era un "troc troc troc" como si se tratara de una máquina. Alcancé a decir "¡vámonos!", y mi celular en el escritorio fue lo último que tomé.
Salimos y una compañera salió disparada, angustiada, apresuramos el paso, bajamos, las canastas de básquetbol se movían de una forma espantosa, pero me contuve, me sorprendí, traté de estar entera, estaba en shock. A todos nos temblaban las manos, no había datos en el celular. Alumnas comenzaron a llorar.
Con el poco internet que había, alcancé a ver reportes de la magnitud del sismo. Eran menores al terremoto de días antes, por lo que pensé que no había pasado nada en la ciudad, cuando de repente llegaban los tuits y los alumnos decían "se cayó un edificio en Taxqueña", "algo le pasó a la iglesia de Coyoacán"...
Me fui a mi casa y encontré un centro comercial evacuado, a madres desesperadas con teléfono en mano manejando rumbo a las escuelas. Traté de dejarlas pasar a todas. El tráfico era inmenso. Las noticias desalentadoras. "Niños bajo los escombros" dijo la locutora y se me salió una lágrima. No tenía contacto con mi abuela, quien vive en el centro. Sabía que mis papás y sobrina estaban bien, algo que me tranquilizó.
Llegué a casa, las vecinas con las que casi no tengo trato, nos saludamos, nos preguntamos cómo estábamos. Vi el televisor y me di cuenta de la tragedia.
3 días después tengo mucho sueño, mucho, mis músculos están tensos, tengo dolor de cabeza. Me fui 2 días a un centro de acopio para sentirme útil. Utilicé mi herramienta de trabajo: mi computadora, para compartir centros de acopio de mis amigas. Tuve la oportunidad de publicar un tuit justo cuando uno de los rescatistas mencionaron en televisión los materiales que necesitaban. Tuve muchos retweets que espero hayan llegado a las personas indicadas, o por lo menos, haber ayudado en algo. Pamboleras ayudó a localizar a una señora, mamá de una seguidora, quien se encontraba en el hospital.
Y me emociona ver a los mexicanos y mexicanas unidos, ¿ya ven? Sí se puede, si nos podemos unir y hacer grandes cosas. Gracias Frida, Evil, Titán y demás perros rescatistas. Gracias gente que apoyó. Estoy orgullosa de ser mexicana. Gracias Marina, Topos, Ejército. Hago énfasis en SEDENA, como hija de un militar sé perfectamente lo que es que tu padre arriesgue la vida para ayudar a los demás. La preocupación de la familia, las noches donde decía "Diosito, cuida a mi papito", por ello es que les agradezco que siempre están para su patria.
Esta experiencia, la sensación del terremoto, la solidaridad de mi gente, el que esta tragedia sacó lo mejor de mi país, nunca se me va a olvidar. Quiero dormir todo un día para después reponerme y seguir luchando por mi país.
Gracias por leerme.
Rocío Yelitza
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